Blogia
postpornstar

deutschland

action in the house

action in the house De vuelta a la ciudad de las salchichas, el carácter alemán ya no me sorprende. Creo que mis esfuerzos por integrarme en este país están dando algunos frutos. Si son dulces, kann ich nicht jeztz sagen. La primera parte de mi estancia se definía por una excesiva candidez: creía que integrarse significaba establecer un diálogo con esta nueva cultura sin suprimir mis hábitos, sin cambiarme por otra.
Un grave error pensar que la definición de integración la decido yo. En esta segunda fase de mi extradición voluntaria, he comprendido por fin que integrarse aquí pasa por modificar mi vida de modo que se parezca a la de los que me rodean. Y en esta ciudad, la ecuación tiene una única solución posible: pasar muchas horas sola, trabajando, para que mis proyectos me den las satisfacciones que mi vida social y personal no pueden proporcionarme.
Y cuando me doy cuenta de lo absurdo de este proceso le doy la culpa al frío, o a la lluvia, o a un factor exógeno que me libere del vacío que a veces siento. Entonces me digo lo que deben de decirse el resto de alemanes cuando se refugian en sus casas.

back home

back home el sol se desplaza conmigo

nieve en berlin

nieve en berlin ***

asshole detector

asshole detector A veces me pregunto cuándo me descubrirá ese cazatalentos que sé que deambula por ahí. Podría explotar una de mis cualidades menos exploradas: la sensibilidad de mis cabezales para detectar a tipos gilipollas es sublime y seguro que él sabría darle un giro útil a esta aptitud mía tan poco amortizada. Por ahora el único provecho que consigo sacarle es más bien desacertado y puramente literario: un humilde guiño a Corín Tellado. La cosa es bastante sencilla: sólo acepto empezar una aventura con alguien si (pre)siento que va a saber comportarse como un verdadero gilipollas después de la primera noche de sexo; aquí, mi vicio consiste en añadir una porción extra de irresponsabilidad a enredos que de otro modo pasarían inadvertidos, histoire de se sentir vivre. Sin embargo, intuyo que un catalizador adecuado podría convertir mi pequena agudeza en una herramienta verdaderamente provechosa.

ser láquesis

ser láquesis Es difícil saber qué decisión es la correcta. Más esperanzador resulta pensar que seré capaz de hacer que mi decisión sea la correcta. Después de estos duros meses de integración creo que necesito saber quién podría ser si por una vez siguiera adelante con una de las tantas vidas paralelas que me tejo. Aunque sólo sea unos meses más, alargaré esta ficción de mi yo para explotarla hasta las últimas consecuencias. Creativas, claro está.
Así es que yo me quedo. Seguid vosotros por mí.

sleepless

sleepless Pasar la noche en el aeropuerto más cutre de Alemania está siendo una de las experiencias más próximas a ser homeless que he vivido en los últimos tiempos. Homeless, sí, pero muy acompa*nada. Somos unos sesenta bien vestidos y con muchos proyectos para ma*nana pero por ahora no podemos más que esperar a que pase esta noche de blanca luz fluorescente y frío aire acondicionado. De una a tres hemos improvisado unas camas a ras de suelo separadas por los bultos del viaje. Los más suertudos han podido asignar funciones de almohada a su bolsa más blanda. No yo. Todos los paquetes que llevo están llenos de objetos duros y geométricamente agresivos. He echado de menos un buen periódico, a ser posible del antiguo formato del Times antes de que se pasara al cómodo tabloide para usarlo como sábanas y colchón. Y es que de noche el frío sobrecoge. De tres a cuatro mi cuerpo ya no podía más y por suerte una se*norita cuyo rostro mostraba haber dormido más que nosotros, aunque eso no la hiciera estar de mejor humor, nos ha echado de nuestro last minute motel. En su lugar ha abierto una cafetería frente a la que ahora nos entretenemos los que antes intentábamos dormir.

you were my oxigen

you were my oxigen A veces necesito de impulsos externos para reactivar mis circuitos de optimismo. Mi animo decayó después de un mes y poco en esta ciudad de emociones contenidas, un mes en el que mi vida y los motivos para estar alegre han sido sólo proyecciones hacia el futuro, no realidades fácticas. Supongo que es absurdo pretender que las alegrías provengan siempre de mi interior y es necesario y halagador que alguien desconocido o cuya amistad está en vías de desarrollo me regale un signo palpable de calidez. La automasturbación emocional funciona por defecto pero en situaciones críticas sólo un buen polvo puede salvarme de los peores resfriados eróticoafectivos. Y así llegó ella, un encanto colombiano lleno de dulcura y posibilidades. Es curioso cómo tiendo a personas que parecen no tener demasiado que ver con quien yo creo ser. Aunque tal vez sólo sea una cuestión de formato. Intentamos ver Taxi Driver y mantener la atención pronunciándonos acerca de las virtudes visuales y narrativas de los planos si soigneusement choisis, apreciaciones que no sirvieron para distraernos de nuestras verdaderas intenciones. Así que acabamos dejando solo a Robert en sus tribulaciones urbanas para concentrarnos en hacer que nuestra primera noche en común fuera absolutamente placentera. Y lo fue.