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postpornstar

ser láquesis

ser láquesis

Es difícil saber qué decisión es la correcta. Más esperanzador resulta pensar que seré capaz de hacer que mi decisión sea la correcta. Después de estos duros meses de integración creo que necesito saber quién podría ser si por una vez siguiera adelante con una de las tantas vidas paralelas que me tejo. Aunque sólo sea unos meses más, alargaré esta ficción de mi yo para explotarla hasta las últimas consecuencias. Creativas, claro está.
Así es que yo me quedo. Seguid vosotros por mí.

love energy

love energy

i'm in love with the love, love, love!!!!

sleepless

sleepless

Pasar la noche en el aeropuerto más cutre de Alemania está siendo una de las experiencias más próximas a ser homeless que he vivido en los últimos tiempos. Homeless, sí, pero muy acompa*nada. Somos unos sesenta bien vestidos y con muchos proyectos para ma*nana pero por ahora no podemos más que esperar a que pase esta noche de blanca luz fluorescente y frío aire acondicionado. De una a tres hemos improvisado unas camas a ras de suelo separadas por los bultos del viaje. Los más suertudos han podido asignar funciones de almohada a su bolsa más blanda. No yo. Todos los paquetes que llevo están llenos de objetos duros y geométricamente agresivos. He echado de menos un buen periódico, a ser posible del antiguo formato del Times antes de que se pasara al cómodo tabloide para usarlo como sábanas y colchón. Y es que de noche el frío sobrecoge. De tres a cuatro mi cuerpo ya no podía más y por suerte una se*norita cuyo rostro mostraba haber dormido más que nosotros, aunque eso no la hiciera estar de mejor humor, nos ha echado de nuestro last minute motel. En su lugar ha abierto una cafetería frente a la que ahora nos entretenemos los que antes intentábamos dormir.

busca las diferencias

busca las diferencias

xxx

blond and sweet

blond and sweet

Mujer atractiva, rubia y con ojos verdes desea placer en juegos esporádicos. Soy tierna y dulce y estoy esperando a que me comas.

you were my oxigen

you were my oxigen

A veces necesito de impulsos externos para reactivar mis circuitos de optimismo. Mi animo decayó después de un mes y poco en esta ciudad de emociones contenidas, un mes en el que mi vida y los motivos para estar alegre han sido sólo proyecciones hacia el futuro, no realidades fácticas. Supongo que es absurdo pretender que las alegrías provengan siempre de mi interior y es necesario y halagador que alguien desconocido o cuya amistad está en vías de desarrollo me regale un signo palpable de calidez. La automasturbación emocional funciona por defecto pero en situaciones críticas sólo un buen polvo puede salvarme de los peores resfriados eróticoafectivos. Y así llegó ella, un encanto colombiano lleno de dulcura y posibilidades. Es curioso cómo tiendo a personas que parecen no tener demasiado que ver con quien yo creo ser. Aunque tal vez sólo sea una cuestión de formato. Intentamos ver Taxi Driver y mantener la atención pronunciándonos acerca de las virtudes visuales y narrativas de los planos si soigneusement choisis, apreciaciones que no sirvieron para distraernos de nuestras verdaderas intenciones. Así que acabamos dejando solo a Robert en sus tribulaciones urbanas para concentrarnos en hacer que nuestra primera noche en común fuera absolutamente placentera. Y lo fue.

first approach

first approach

Estoy en el autobús que va del aeropuerto a frankfurt y miro por la ventana para aprehender la nueva densidad del espacio, la calidad de la gama cromática, la estructura de las construcciones, datos que habré de integrar a prisa para hacer de ésta mi casa. Mientras, la radio suena. Eso sí, en alemán.
Primera observación: los árboles tienen aquí colores absolutamente impredecibles e inusitados. Los monótonos tonos ocres que invaden el campo en esta estación se yuxtaponen ahora a rosas, naranjas, rojos, fucsias, verdes lima y amarillos formando un mosaico extranyo de teselas que vibran. Se posan en el suelo o flotan en el aire sobre ramas casi negras como para demostrar que todos los colores están aquí.
Segunda observación: la humedad que en barcelona pesa sobre los cuerpos aplastándolos contra el suelo tiene aquí otro talante, mucho más sereno, y parece dirigirse en dirección opuesta, de la tierra hacia arriba, no sin antes atravesar todo cuerpo dejando en él un persistente rasto gélido.
Tercera observación: el alemán es una lengua muy difícil.

parecidos razonables

parecidos razonables

otro pasatiempo más...

Teenage Lust

Teenage Lust

Desde hace unas semanas mi vida sexual me recuerda a mi primera época adolescente. Tal vez sea por mi afición por liarme con chicos con novia formal o tal vez por la afición de éstos por sentirse libres gracias a un lío de vez en cuando. Pero dejaré las relaciones causales para otra historia. La que cuento ahora habla más bien de relaciones casuales. Sucedió una noche de despedida en una calle oscura y sucia del raval barcelonés. Había quedado con un amigo que empezó siendo otra cosa y por el que siento una debilidad carnal especialmente intensa. Creo que una de las cosas que más me excita de él es que podemos jugar horas a ponernos cachondos sólo con palabras. Esa noche la pasamos en un bar lleno de turistas comentando los últimos encuentros sexuales que habíamos tenido con unas y otras, proyectando intercambios que jamás tendrían lugar con casi todas las chicas rubias que paseaban los encantos que creían tener por el local y compartiendo fantasías privadas. De las que verbalizamos, la que más me sedujo fue la que sabía que iba a realizar aquella noche: ser capaz de contener el deseo sexual como cuando todavía era virgen y sólo me metía mano con mis ligues hasta que casi me corría. En fin, jugar a construir hipérboles sexuales. Durante las dos o tres horas que estuvimos allí estuve a punto de pedirle que fuéramos al baño a olvidarnos de las rubias unas cuantas veces pero me callé. En el fondo me apetecía más continuar con nuestro juego. Recuerdo que salimos del bar para irnos cada uno a nuestra casa. En la suya esperaba una novia y ya empezaba a hacerse tarde. Entonces nos besamos, como para ser medio consecuentes con nuestros deseos, y creo que después de eso preferimos arrastrarnos contra la primera pared que encontramos para meternos mano. Empezamos despacio, con la prudencia con la que empezaban los rollos en el instituto, pero esa fase duró poco. Me tocó las tetas por encima de la ropa y mis pezones le llamaban. Yo me moría de ganas de que se atreviera a levantarme la camiseta pero sabía que era mejor esperar porque así nos quedaba ese placer para más tarde. Mientras, mi mano frotaba su pene por encima de los tejanos y notaba como cada vez estaba más duro. Este gesto me transportó a las tardes de besos callejeros en los prolegómenos de mi vida sexual adulta y la idea de estar transgrediendo de nuevo un límite que superé hace tiempo me excitó todavía más. Así estuvimos casi una hora, intentando perforar la ropa de tanto frotarla, disfrutando del tacto ocasional de la piel al descubierto y exprimiendo las posibilidades semánticas de cada uno de los signos sexuales que no nos conducirían a la cama. Luego nos despedimos, esta vez sí, para irnos cada uno a nuestra casa. Yo me hice una paja en cuanto llegué a la mía y fantaseé con la posibilidad de que en otro lugar de la ciudad él estuviera follando con su novia.

humedades

miro a mi alrededor y todo está húmedo. las paredes, los cristales y mi piel han sido invadidos por esta fiebre augusta que todo lo impregna. hasta el respirar de las cortinas se hace lento y pesado; nada que ver con el grácil jadeo con el que decoran mis tardes primaverales. si pudiera nadar en los fluidos que me trascienden en forma de rocío tal vez este verano pasaría más ligero. pero no soy ni pez ni estanque y la humedad que produzco se evapora y se condensa en vano.